Para introducir pondré la biografía de de Markus Lupertz a pesar de que podemos encontrarla fácilmente en cualquier rincón de internet.
Markus Lüpertz nació en Liberec/ Reichenber (Bohemia), en 1941, ocupada entonces por el ejercito nazi y actualmente República Checa. Tras la guerra, se trasladó a Alemania con su familia, donde inició su formación artística en la Escuela de Artes Industriales de Krefeld, siendo alumno de Laurens Goosens, y más tarde en la Escuela de Bellas Artes de Düsseldorf, hasta 1961. En 1962 se trasladó a Berlín donde comenzó a interesarse por la historia del arte europeo y fue desarrollando su propio universo de imágenes que derivó en su llamada "Pintura ditirámbica" palabra que nos remonta al canto y danza frenética que se organizaba en la antigua Grecia en honor a Dionisio.
En 1964 fundó la galería Goagorschen 35 en Berlín y dos años después publicó el "Manifiesto ditirámbico", en el que intentó definir la celebración exaltada de la fusión del hombre con la naturaleza.
En la década de los 70, junto con Georg Baselitz, Anselm Kiefer, Karl Horst Hödicke, A.R.Penck, Jörg Immendorf, entre otros, forma parte del movimiento Neoexpresionista alemán o los Nuevos Salvajes (Die Neue Wilden); un grupo heterogéneo que promueve un retorno al lienzo, al gesto y a la expresividad de la pintura.
En esa época rompe con el tabú germánico, al abordar la guerra y los mitos arios en naturalezas muertas con mensajes metafóricos “Cascos hundiéndose”, y la serie de pinturas en “ negro, rojo, oro “, los colores de la bandera.
A partir de los 80, experimenta con el volumen y la escultura en bronce policromado, tallas distorsionadas de la figura humana. Al insistir en lo figurativo no pretende aprehender la realidad sino abstraer su esencia.
En el video que visionamos en clase y por lo demás que me he documentado Markus pinta con mucha fuerza e impulsivamente, lo cual es sinónimo de pasión, pasión por su trabajo, por su labor. El proceso de su obra es algo que no tiene un previo boceto o análisis. Su obra denota al espectador una capacidad fácil, desinteresada.
El vídeo comienza con la entrada del pintor en su estudio el primer día de grabación. Con brochas de gran tamaño y empapadas de pintura, comienza enérgicamente haciendo un fondo que luego va transformando hasta desaparecer.
Pinta compulsivamente, rehaciéndose constantemente sobre lo ya pintado, buscando la inspiración en el momento, sobre lo que le va sugiriendo su propia pintura. El segundo día de grabación retoma los lienzos. Da capas de pintura una y otra vez , modificando, reiniciando o retocando las partes que le interesan del lienzo.
Para Markus, el ser académico y tener una técnica realista o formalista, le hace sentir condicionado, y cree que no por ello se es menos válido, el tiene su lenguaje propio. Para este pintor lo vital es experimentar, divertirse y no repetirse despertando la curiosidad en cada nueva obra que acomete. Clase magistral de la pasión que uno debe sentir por lo que hace, por encima de la razón, buscando el lenguaje que nos permita transmitir aquello que deseamos, y nos facilite la comunicación con nuestro interior. Pienso que el lenguaje debe ser una vía, un medio para comunicarnos con nuestro propio ser, primero hacia dentro, para que luego nos permita poder exteriorizar nuestro “Yo”. No todo en la vida es materia, en ocasiones nos olvidamos de la esencia.
Pienso que el artista parte de una intención y a lo largo del proceso creativo, la obra va creciendo con esa intención entrelazándose con contenidos inconscientes. Esto lo podemos apreciar en la forma de trabajar de Markus. Crea, compone, borra, superpone, corrige, retinta …le va dando forma a siu obra hasta que finalmente crea su obra. La abstracción que representa lo universal, y partiendo de un nuevo horizonte, vuelven a surgir las formas, y todo comienza de cero.
Por este motivo, él artista nunca puede ser el mejor intérprete de su propia obra, y que es necesaria la contemplación desde el distanciamiento personal.
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